Wednesday, September 04, 2019

Artigo da Revista M: Suicídio de escravos no Brasil

“Cuando se piensa en la melancolía de los esclavos, debe también tenerse en cuenta

la imagen del mar en algunos sistemas simbólicos y en el miedo que inspiraba. Para ciertas

culturas africanas, el mar, por su extensión, su profundidad, su carácter insondable y, en

ocasiones, su violencia “natural”, recordaba la ira divina o las ferocidades diabólicas. Se tenía la

creencia en algunas culturas de que el demonio se escondía en el fondo del mar, se imaginaba

que monstruos inicuos vivían en las entrañas del océano (Tempère, 2011, p. 2). La valoración negativa, temible, del mar, concebido como lugar de la muerte y de los muertos, en algunas comunidades africanas, intensificaría la aprensión y el desasosiego de quienes emprendían, cautivos, el viaje. Los valores psicológicos que estas comunidades proyectaban en el mar fueron numerosos. El mar fue la última morada de gran número de esclavos… El mar se mostraba así como una fuente de peligro y de muerte, como un sudario”

“Los temores de los esclavos frente a los blancos, antes y durante la travesía, como la

creencia de que se iba a hacer aceite con ellos, a arrancarles los ojos, a chuparles la sangre o

a comérselos vivos, fueron frecuentes y motivaron también el suicidio (Barcia, 2007, p. 363-

364; Robb, 2007, p. 19-20). En Cartagena de Indias, Pedro Claver relata el testimonio de José

Monzolo (1657), quien explicaba que los africanos creían que las banderas de los navíos, cuando

eran rojas, estaban pintadas con la sangre de los negros…”